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Location: Villa María - Córdoba, Argentina

Licenciada en comunicación y periodismo. He trabajado en medios gráficos, radio, Tv e intenet. Disfruto la producción y la tarea multimedia.

Tuesday, April 27, 2010

Miradas de amor

Merecedoras de homenajes, Roxana y Verónica son mamás sencillas con vidas distintas e historias para ser contadas.
Una decidió hacer amplia la palabra mamá y junto a su marido hace 16 años se ofrecieron para conformar una familia sustituta y hoy aman y educan a ocho hijos.
La otra disfruta de Lucio, quien le sonríe dándole sentido a la lucha diaria de cuidar y ser madre de un niño muy especial.
Ambas se desvelan, acompañan y aman posando su irremplazable mirada sobre sus hijos.

Por: Lucía Pairola

“Son todos iguales y no nos referimos a ellos como hijos biológicos y no”, con vehemencia, pero sin perder la ternura, interrumpe Roxana Giraudo aclarando desde un principio la paridad de su amor en relación a sus hijos
Ella, con una sonrisa fresca y la seguridad que da ofrecer la vida, experimenta una maternidad numerosa en la que ocho hijos le dicen mamá.
“Hace 16 años, con mi marido leímos en el diario que había niños que necesitaban familias y, conmovidos, nos anotamos en el juzgado”, comenzó narrando Roxana la transformación de su casa en un hogar sustituto.
Tiempo después, ya con dos niños fruto de su matrimonio, recibió los tres primeros “hijos del corazón”: “Eran tres hermanitos de 8 meses, 9 y 17 años, que si no los recibíamos juntos los iban a separar”, cuenta recordando el amor a primera vista que se consolidó con cada uno de ellos.
Años más tarde, la familia se agrandó aún más. Roxana quedó embarazada y al mismo desde el juzgado se necesitaba un hogar para dos hermanitos. Así, con un nuevo “sí”, se completó la hermosa prole de ocho.
“Desde chiquita imaginaba la posibilidad de la adopción, yo sufrí mucho de pequeña y estaba segura de que iba a tener una familia diferente y así la construí”, expresó esta mujer, que, sorteando la emoción, entre risas agregó: “Pero jamás pensé que iban a ser tantos”.

La ley versus la realidad
Las explicaciones legales sobre los hogares sustitutos hacen hincapié en que el objetivo es brindar un espacio familiar por unos meses a niños judicializados por causas de abandono, maltrato o abuso sexual, mientras se trabaja con la familia biológica para ser restituidos.
Sobre ello, Roxana abre el debate: “En los hechos no es así, no se trabaja con las familias de origen como corresponde y el niño queda allí hasta ser mayores de edad. Por esa realidad urge que no estén en instituciones toda su infancia”.
En tanto, narró que “hay muchos chicos que se quedan en el hogar sustituto y se vinculan de forma natural, y otros que se van cuando son mayores”, arguyendo que “sus historias son tan difíciles, las heridas profundas y por ello los límites son complicados de poner”.
Aún así, afirma que “uno no tiene que estar pendiente de cuanto tiempo estén, sino que lo importante es amarlos y que se sientan contenidos”.
Para la familia Giraudo las relaciones son fáciles porque no hay lazo ajeno al amor. “Los chicos se llevan muy bien, se quieren sin distinción de de dónde han venido, sabiendo que son todos hermanos, y de esta forma nos relacionamos como padres con mi marido”, cuenta orgullosa la mamá numerosa.
Aunque se sincera y admite que no es fácil, “pero la paciencia y el amor construyen lo que no podemos nosotros”, asegura.
Su marido es carpintero y ella maestra jardinera. Cuando decidieron abrir su corazón a la posibilidad de ser un hogar sustituto, no se encontraban en muy buena situación económica. Aún así, la elección fue resuelta: “No nos quedamos mirando los problemas nuestros, la falta de plata o la casa chica o los hijos que ya teníamos, sino que posamos la mirada en la necesidad del otro”.
En Villa María y Villa Nueva existen más de 40 familias sustitutas, pero aún hay muchos menores en instituciones, de las que se busca puedan salir hasta la reinserción en la familia de origen o ser adoptados.
Ante ello, Roxana asegura que la escasa información, la falta de compromiso social y sobre todo la “ausencia de ayuda económica del Estado” no contribuyen a cambiar esta realidad.
“Hace más de dos años que el Estado no manda el subsidio y en muchos casos hace cuatro años, y son sólo 300 pesos anuales cada dos niños”, dispara indignada la generosa mamá. Entonces explica que la ayuda económica es esencial porque las familias más humildes son las que principalmente se ofrecen para esta increíble tarea de donarse.
Hoy los ocho hijos tienen entre 14 y 32 años; profesionales ya algunos, otros continúan con sus estudios. De regalo, la vida sorprendió a Roxana con cuatro nietos para amar y sentirse abuela igualmente feliz.
Creyente confesa, busca sanar al “Cristo roto” que ve en los niños. “El precio del sacrificio es alto, pero hay que hacerlo con amor y vemos los frutos en ellos. Niños que salieron de la calle y hoy tienen otras oportunidades en su vida”, dice recordando emocionada los años pasados.
Se muerde el labio, respira hondo, como buscando en el interior lo que sintetice la opción y ahí se sincera: “El corazón se alegra al saber que le pudimos ofrecer una nueva posibilidad sólo por haberlos amado”.



Mamá celestial

Dicen que los ángeles caminan entre nosotros. Muchos se han cansado de escribir libros, sorprender con historias increíbles que juran haber vivido y hasta han descripto su pálida piel y ojos dulces y profundos. Aunque la discusión queda en el ámbito de la fe o la cordura, Lucio tiene rostro, es de piel y hueso y deja estelas de colores cuando pasa. Verónica es su mamá y no es la única testigo de la “magia” de su hijo, un niño de 6 años que padece una patología muy rara como es el síndrome de Ángelman.
“Un niño especial, te cambia el cristal de la mirada hacia la vida. Hoy celebro otras cosas, cuando él aprende a usar la cuchara, cuando puede hacer un gesto, cuando se puede subir al tobogán, son otras dimensiones”, con los ojos que no buscan esconder la emoción, Verónica comienza a contar así la experiencia de acompañar el crecimiento de Lucio.
El Síndrome de Ángelman es una rara enfermedad que, según las estadísticas, se da en un caso cada 25 mil niños. El mismo debe ser diagnosticado tras un análisis genético y se suele confundir con otras patologías.
Los pequeños angelitos, como se los llama, por un problema en el cromosoma 15 no tienen casi oralidad, aunque si un grado de comprensión alto. Caminan tarde, padecen convulsiones de pequeños y sufren algunos trastornos en el sueño. Pero su mayor característica es la de su apariencia muy feliz.
“Lucio se ríe mucho, pero no lo hace porque si, como algunos dicen, sino que su sonrisa tiene sentido. Se ríe, se alegra. Él así ama”, agregó Verónica a la sencilla conversación.

Detectarlo y abrazarlo
Luego de muchos análisis e incansables buceos por internet, a los dos años de edad le diagnosticaron a Lucio el Síndrome de Ángelman. “Ese día lloré mucho, tenía esperanza de que no fueses así”, explica la mamá villamariense. “Es un paso natural cuando uno se entera porque es algo que no se desea. Uno tiene expectativas en un hijo y me asustaba tener que cambiar toda mi vida, pero sinceramente duró un día, no tuve una crisis eterna”, completa.
Verónica y su marido José se pusieron de pie frente a la dificultad de su hijo y comenzaron a buscar alternativas para su estimulación y ofrecerle una mejor calidad de vida.
“Día a día me sorprende”, asegura Verónica sobre su niño y comenta que generalmente no se acuerda que “tiene una discapacidad”, sólo cuando lo evoca.
Ante ello eligieron tratar a Lucio de manera normal, porque testifican que “nos constituimos en referentes del otro, si yo creo que él no va a poder, seguramente no va a poder hacerlo”.

Ser distinto
“Él ofrece un amor sin condiciones. Nunca se levanta de mal humor, es como si te tocara con la varita mágica del amor”, con lagrimas que evidencian felicidad describe Verónica a su pequeño. “Podría asegurar que es la esencia pura del amor”, sentencia.
Lucio va a jardín y como cualquier niño descubre la compañía de amigos que lo quieren y lo cuidan. Quizás su sonrisa conquista corazones y pone sobre la mesa la discusión de la igualdad de oportunidades y la aceptación de las diferencias.
“Al gestar un hijo uno proyecta sus deseos, es un individuo con su historia”, reflexiona la especial mamá y confiesa con sonrisa irónica: “Pensar que yo decía cuando estaba embarazada que lo importante era que estudiara inglés y que aprendiese a tocar el violín, y hoy descubro que Lucio simplifica la vida, le da valor a otras cosas, descubro su especial individualidad”.

Mamá de Lucio
Los ojos de Verónica se abren grandes cuando la pregunta apunta a reconocer su labor de madre: “Yo no tengo nada especial, para mí es muy natural, no soy una elegida, sólo lo cuido porque lo amo”, explica. En tanto, admite que no se imagina como sería mamá si no fuese ésta su realidad y dulcemente expresa: “Yo sólo se ser madre de esta forma. Soy la mamá de Lucio”.
www.argentinaangelman.blogspot.com, es un ciber espacio que ella creó para escribir su experiencia, ponerle palabras a sus miedos y romper las barreras de la discriminación. “Me ayuda para que lo entiendan, para que la gente valoren el esfuerzo de Lucio. Que sea multiplicador, porque la discapacidad asusta”, sostiene la villamariense sobre su motivación a la hora de publicar.
En ese mismo blog hay un conmovedor relato que acerca a la intimidad de la pequeña familia: “Un día le dije a José ‘tengo que confesarte algo… creo que Lucio no es un niño, sino un ángel’. La gente le sonríe a su paso y él les sonríe sin distinción, a veces parecía que dejaba una estela de sonrisas. Otro día se cayó de una escalera de cemento, rodando cinco metros… ni un rasguño, ni un moretón, ni una secuela….(habrá volado Lucio con su alitas)”.

Mamá Verónica supera el dolor, se para frente a la dificultad aunque en su interior los huesos crujan por los temores y los “no” que debe decirle a sus anhelos.
Mamá Verónica combate contra la ignorancia, contra los que no aceptan que las diferencias nos suman, contra el sistema que abandona a los desprotegidos.
Mamá Verónica, se anima… porque ella tiene el abrazo de Lucio.


www. argentinaangelman.blogspot.com

Publicada Revista El SUR - octubre 2008

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